¿Cómo puede Dios ser Amante y Justo a la vez?
Puede parecer que el amor y la justicia son atributos incompatibles. Si Dios es Justo, debe castigar el pecado. Pero si Dios es Justo, debe castigar el pecado. Pero si es un Dios de amor, debería perdonar el pecado. ¿cómo puede tener a la vez ambos atributos?
Los atributos de Dios no son contradictorios. Él es absolutamente Justo y, no obstante, incondicionalmente un Dios de amor. Ambos atributos se complementan. Dios es <Santo por se Justo> y es <Justo por ser Santo>. Es decir, imparte su justicia con amor, y propaga su amor con justicia.
El perfecto ejemplo de cómo el amor y la justicia de Dios se concilian lo encontramos en la cruz. En su amor, Dios envió a su Hijo para pagar el castigo de nuestros pecados para que su justicia fuera satisfecha y su amor se manifestara. Porque <la paga del pecado es muerte> (Romanos 6:23). Y el pecado contra el Dios eterno exige la muerte eterna (Apocalipsis 20:14-15). Por eso, cuando Cristo murió por nuestros pecados como leemos en Romanos 5:8, el Justo sufrió por los injustos (1 Pedro 3:18) para llevarlos a Dios. <Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en el recibiéramos la Justicia de Dios> (2 Corintios 5:21).
La justicia de Dios exige que el pecado sea castigado, pero su amor lo lleva a salvar a los pecadores. Con la muerte de Cristo se satisface la justicia divina y se manifiesta su amor. Por lo tanto, no hay contradicción entre la justicia absoluta y el amor incondicional. A modo de ilustración, Dios es un juez que, después de pronunciar la sentencia a la parte culpable, se quito la toga, se paro junto al convicto y pago la pena. En el calvario, Jesús hizo lo mismo por nosotros. En la cruz se conciliaron la justicia y la misericordia.
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