¿Acaso Creamos nuestras realidades?
Un problema crítico con este punto de vista es que si los humanos (en tanto dioses) crean su propia realidad, como sostienen aquellos que se afilian a las ideas de la Nueva Era, no hay posibilidad de condenar a los individuos que infligen maldad a otros. Por ejemplo, debemos concluir que los millones de judíos que fueron ejecutados bajo el régimen de Hitler, crearon su propia realidad. Por ende, las atrocidades de Hitler no son condenables ni éticamente malas dado que él no fue más que una parte de la realidad que los propios judíos se crearon. De modo similar, no es posible condenar a los terroristas que hicieron explotar los aviones el 11 de septiembre, porque los pasajeros que allí viajaban crearon esa realidad.
Cuando la hija de la profesora de teatro de Shirley MacLaine, en una colisión frontal, sufrió quemaduras que le desfiguraron el rostro, MacLaine se preguntó: «¿Por qué tuvo que elegir morir de esa manera?» . El apologista cristiano, Douglas Groothuis, después de leer el libro de MacLaine, It's All in the Playing [Todo es parte del juego], relata cómo el libro presenta a «Shirley llorando frente a su televisor mientras mira los efectos de un volcán chileno que mató a veinticinco mil personas. ¿Por qué llorar? ¿Acaso no eligieron esa muerte?»
Cuanto más ahondamos en las explicaciones que la Nueva Era postula para explicar la maldad, tanto más absurdas nos resultan.
Ronald Rhodes
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