¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL UNIVERSO PARTE 2?
Algunas personas se sintieron comprensiblemente perturbadas por la idea de que el universo, aparentemente, hubiera sido creado de la nada. Intentaron, por lo tanto, descubrir el modo de eludir la singularidad inicial y recuperar la idea de un universo eterno, pero todo fue en vano. La historia de la cosmología del siglo veinte ha sido la historia de reiteradas refutaciones de dichas teorías no estándares y la corroboración de la teoría de la Gran Explosión. El veredicto, abrumadoramente mayoritario, de la comunidad científica ha sido que ninguna de estas teorías alternativas son superiores a la teoría de la Gran Explosión. Una y otra vez, los modelos que pretenden evitar las implicaciones del modelo estándar de un principio absoluto del universo han tenido que ser rechazados por insostenibles o por no poder probar la ausencia de un principio. Por ejemplo, en algunas de dichas teorías, como en la de un universo oscilatorio (que se expande y contrae indefinidamente) o la de un universo caóticamente inflacionario (que genera continuamente nuevos universos), si bien los hipotéticos universos tienen un futuro potencialmente infinito, tienen en cambio un pasado finito. Las teorías de un universo fluctuando en el vacío (que postulan un vacío eterno que dio origen a nuestro universo) no pueden explicar por qué, si el vacío era eterno, no podemos observar un universo infinitamente viejo. Si bien estas teorías circulan de vez en cuando en la prensa popular, dichos modelos han sido abandonados por casi todos los teóricos de hoy.
Uno de los intentos recientes más celebrados para evitar la singularidad inicial ha sido postulado por la teoría de Gravedad Cuántica de Stephen Hawking, que en su momento recibió mucha atención en la prensa popular, gracias a su éxito de ventas A Brief History of Time [Una breve historia del tiempo]. Según su teoría, el pasado es finito pero no tienen ningún principio o límite. Hawking no teme sacar conclusiones teológicas de su modelo. Escribe: «El universo no tendría ni principio ni fin y no sería ni creado ni destruido.
Simplemente, sería. ¿Qué lugar queda entonces para un Creador?»
Por desgracia, para los detractores de la creación, el modelo de Hawking no puede ser una descripción realista del universo. Para mencionar solo un aspecto: él presupone que el universo existe en un tiempo imaginario en vez de en un tiempo real. Esto significa que, en sus ecuaciones, Hawking usa números imaginarios para las coordenadas de tiempo, números como la raíz cuadrada de 1. El problema es que dichos números no son más que algoritmos matemáticos o funciones sin significado físico. Ya, en 1920, Eddington exploró lo que llamó el «truco» de usar números imaginarios para definir las coordenadas del tiempo, pero concluyó que «no era muy productivo» para especular acerca de las implicancias que podía tener porque, según él, «no se trata más que de instrumentos analíticos». El tiempo imaginario, dijo, era meramente un instrumento ilustrativo que «no correspondía a ninguna realidad física»
Asombrosamente, en un libro más reciente, The Nature of Space and Time [La naturaleza del espacio y el tiempo] ( 1996), Hawking reconoce precisamente esto. Dice: «Una teoría física no es más que un modelo matemático y no tiene sentido preguntarse si corresponde a la realidad ... Lo que importa es que la teoría pueda predecir los resultados de las mediciones». Ahora bien, si lo único que hace la teoría de Hawking es esto, es obvio que no elimina un verdadero principio para el universo ni la necesidad de un Creador. Se trata simplemente de usar términos matemáticos para redescribir el universo con un principio singular de manera tal que la singularidad no figure en la redescripción. En cualquier caso, la teoría de Hawking, de interpretarse de manera realista, todavía implica un origen absoluto del universo, aunque no se haya originado en una singularidad, como postula la teoría de la Gran Explosión.
Su modelo no tiene un punto de principio sino que tiene solo un pasado finito y, por lo tanto, un origen absoluto. El mismo Hawking se encarga de resumir la situación: «Casi todos hoy creen que el universo, el y tiempo mismo, tuvo su principio con la Gran Explosión».
Dadas las obvias implicancias teológicas planteadas por un origen del universo a partir de la nada es factible esperar que se continúen proponiendo teorías alternativas al modelo de la Gran Explosión, en un intento de restaurar un universo eterno. Paul Steinhardt, de la Universidad de Princeton, recientemente fue objeto de gran cobertura en la prensa popular por su nuevo modelo cíclico o ekpirótico del universo. Estas propuestas alternativas deberían ser recibidas con beneplácito y cotejadas con la evidencia, porque el patrón continuado de fracasos de dichos modelos alternativos no hace más que corroborar la predicción de un principio absoluto según el modelo estándar de la Gran Explosión, aumentando la credibilidad de esta teoría. A pesar de la predisposición contraria de muchas personas, la evidencia acumulada apoya consistentemente la visión de un universo creado de la nada. ].M. Wersinger, profesor de física de la Universidad de Auburn, hace las siguientes observaciones:
«Al principio, la comunidad científica era reacia a aceptar la idea del nacimiento del universo.
»El modelo de la gran explosión no solo parecía dar la razón a la idea judeo,cristiana de un principio para el mundo, sino que también parecía requerir la intervención de una creación sobrenatural. ..
»Se requirió tiempo, observaciones y cuidadosas verificaciones de las predicciones del modelo de la gran explosión, antes de que la comunidad científica se convenciera y aceptara la idea de una génesis cósmica.
»La gran explosión es un modelo muy productivo que, por su fuerza, se impuso a una comunidad científica reacia».
Contra toda expectativa, la ciencia corroboró la predicción de la Biblia del principio del universo
WILLIAM LANE CRAIG
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