¿No sería mejor que Dios acabara con la maldad de una vez por todas?


 Algunos escépticos pueden verse tentados a postular que un Dios Todopoderoso no debería invertir toda la historia humana encargándose del problema de la maldad. No cabe duda que Dios podría liquidar la maldad en un instante, pero esta opción tendría implicaciones definitivas y funestas para todos nosotros. Como puntualizó Paúl Little: <Si Dios acabara hoy mismo con la maldad, lo haría de manera concluyente. Su acción tendría que incluir nuestras mentiras e impurezas, nuestra falta de amor, nuestra incapacidad de hacer el bien.  Supongamos que Dios decretara que, a partir de la medianoche, acabaría con la maldad en el universo, ¿quien de nosotros quedaría después de medianoche?

Aunque la solución final de Dios para el problema de la maldad está pendiente, como he argumentado, él ya ha tomado recaudos para que el mal no cunda caóticamente, En realidad, Dios nos ha dado gobiernos humanos para contrarrestar la ilegalidad (Romanos 13:1-7). Estableció la iglesia para que fuera una luz en medio de la oscuridad, con el fin de fortalecer a su pueblo y aun para restringir, mediante el poder del Espíritu Santo, la propaganda de la maldad en el mundo (Hechos 16:5, 1 Timoteo 3:15). En su palabra, Dios no ha provisto una norma moral para guiarnos y conducirnos por el camino de la rectitud (Salmo 119). Nos ha dado el núcleo de la familia para traer estabilidad a esta sociedad (Proverbios 22:15;23:13). ¡y muchísimo más!

Ronald Rhodes

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